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Mercado Central desde una visión social

- June 19, 2024

Ubicado en el centro de Antofagasta, es uno de sus lugares más icónicos.

El Mercado Central es un sitio sumamente emblemático para Antofagasta, desempeña un papel muy importante en la vida económica y cultural de la ciudad. Son muchas las personas que día tras día le dan vida a cada uno de sus pasillos y los alrededores de la actual Plaza Sotomayor. A través de este reportaje buscamos reconocer la visión que tienen esas personas con respecto a este lugar tan histórico de nuestra ciudad.

Antes que nada debemos tener un poco más de contexto y conocer la historia de este lugar. El Mercado Central de Antofagasta comenzó a construirse en 1917, en gran medida motivado por el incendio que afectó a la antigua recova siniestrada ubicada en la actual calle Latorre, la cual proveía de alimentos básicos a los habitantes de la ciudad.

El edificio fue diseñado por el arquitecto español Jaime Pedreny, quién también está detrás de otras construcciones dentro de la ciudad como la del edificio del excine Nacional, la Casa Abaroa del Parque Brasil y también la antigua Municipalidad de Antofagasta, en la actualidad conocida como la Casa de la Cultura Andrés Sabella.

Finalmente, el Mercado Central fue inaugurado en mayo de 1920 bajo el mando del alcalde Maximiliano Poblete (1912-1930). El Mercado Central era un lugar de gran flujo comercial y muy diverso, tanto así que para cuando abrió sus puertas contaba con 28 puestos de carnicerías, 18 pescaderías, 16 verdulerías, 8 cocinerías y otros locales de expendio de todo tipo de productos.

En la actualidad el Mercado sigue manteniendo el gran flujo comercial que tanto lo ha caracterizado a lo largo del tiempo, podemos seguir encontrando carnicerias, pescaderias, una gran cantidad de verdulerías, sus emblemáticas cocinerias y a lo largo del perímetro de la plaza Sotomayor se han sumado otro tipo de negocios como peluquerias, barberias, kioscos, incluso cruzando una esquina podemos encontrar un supermercado.

Todas estas atracciones que ha generado el Mercado en el centro de la ciudad provocan que una incontable cantidad de personas transitan el lugar, ya sean compradores, turistas o trabajadores del Mercado. Precisamente estos últimos son los que más conocen la realidad del Mercado, por lo que decidimos acercarnos a algunos de ellos para que nos contaran sus experiencias y opiniones sobre el lugar.

Al entrevistar a varias personas que trabajan tanto a las afueras del Mercado  como dentro de él, podemos dilucidar que existen opiniones de todo tipo con respecto a este lugar tan histórico de nuestra ciudad. Hay gente que les gusta más y a otras que les gusta  menos, también personas que sienten un ambiente tranquilo pero la gran mayoría siente lo contrario, y es esa visión de las personas en la cual quisimos profundizar.

Recopilando todas estas visiones de las personas que conocen la realidad del Mercado “a flor de piel”, podemos concluir que realmente el Mercado no es un mal lugar en su esencia propia, de hecho todo lo contrario. Es un lugar donde se siente la vida, la  tradición y la cultura de nuestra ciudad. Lamentablemente es la poca seguridad, la delincuencia y el peligro lo que corrompe la esencia del Mercado, haciendo que cada vez sea menos la gente que se motiva a pasar un buen rato en este emblemático sitio.

Es por eso que creemos que si por parte de las autoridades existiera un intento por hacer realidad los pedidos de las personas, generando mayor seguridad en el sector del Mercado, este se dejaría de ver como un lugar marginado y exiliado de la sociedad, para comenzar a considerarse como el lugar tan histórico que es y ser una parte en donde se puede compartir en familia, porque el significado del Mercado va más allá de ser un simple sitio comercial sino que es un lugar donde se pueden formar verdaderos lazos al relacionarse con las personas y crear un ambiente tranquilo y ameno donde se  fortalezca la identidad de nuestra tan querida Antofagasta.