Las primeras semanas de mayo se observó en casi todo el mundo múltiples colores desplegados en el cielo nocturno. Sin embargo, el espectáculo de las auroras boreales podría presentar efectos negativos para la civilización humana.
Las tormentas solares o tormentas geomagnéticas, según National Geographic, ocurren cuando el sol genera en gran número partículas cargadas y radiación electromagnética, las cuales entran en contacto con el campo magnético de la Tierra y la atmósfera terrestre. Al ocurrir esta interacción, las tormentas geomagnéticas pueden intervenir con los satélites provocando interferencias en las redes eléctricas y por ende en los medios de comunicación e internet.
Estos fenómenos ocurren rara vez, sin embargo, el pasado 4 de mayo se registró la tormenta solar más grande de este ciclo solar. La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) la catalogó en la escala para medir la actividad solar como X8.7, el grupo X utilizado exclusivamente para eventos de gran tamaño y el número que la acompaña el grado de fuerza de la llamarada de la tormenta.
Se estima que el 14 de junio cesen las tormentas. Según NOAA las tormentas de mayor magnitud (G5) ya habrían ocurrido el viernes 24 y sábado 25, las próximas serían de nivel G4 y no tendrían el mismo efecto en la atmósfera que las anteriores.
Fuente: informador.mx / infobae.com
