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Hollywood pone coto a la IA: por qué este acuerdo va a marcar tu futuro laboral

- April 3, 2024

La huelga de guionistas ha acabado con un acuerdo histórico, en el que se regula por primera vez el uso de la inteligencia artificial en el trabajo. Eso le deja como modelo a seguir para otras profesiones afectadas

Foto: El guionista Travis Adam Wright tras el anuncio del acuerdo. (EFE/David Swanson)
El guionista Travis Adam Wright tras el anuncio del acuerdo. (EFE/David Swanson)

Hollywood ya ha puesto la primera piedra para regular la inteligencia artificial en el trabajo. Tras 148 días de parón, el Sindicato de Guionistas de Estados Unidos (WGA) anunció que este jueves pondrían fin a la huelga, después de haber alcanzado un acuerdo con la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP). Había distintos puntos calientes, como el reparto de ingresos por la distribución en streaming, pero muchos ojos estaban puestos en qué ocurría con la IA generativa. Ahora se ha convertido en un texto pionero que puede marcar el futuro de las profesiones creativas, en el punto de mira tras el auge de esta tecnología. 

El acuerdo alcanzado en Hollywood deja claro que los guionistas pueden usar la inteligencia artificial como una herramienta, pero nada más que eso: nunca se le podrá reconocer la autoría y los profesionales no podrán escribir obras íntegramente con ella (o basándose en sus creaciones como fuente principal). Además, si una productora ofrece materiales como base de trabajo y los ha creado con IA, también debe indicarlo. “Por primera vez, hemos establecido definiciones y límites aplicables al uso de la IA. Eso tendrá un enorme impacto en la vida diaria de los guionistas”, ha celebrado John August, miembro del comité de negociación, en declaraciones a Wired.

“De lo que se trata básicamente es de evitar que los textos generados artificialmente puedan diluir el protagonismo de los guionistas humanos: afectar a su remuneración, a su aparición en los títulos de crédito o a sus derechos de autor”, resume Antonio Muñoz Vico, socio del departamento de Propiedad Intelectual de Garrigues.

En el texto [puedes consultarlo íntegramente aquí], también se establece que los guionistas podrán usar la IA si la empresa lo consiente, pero la compañía no podrá exigirles el uso de esta herramienta para su trabajo. “Se garantiza el reconocimiento de esos derechos a los guionistas que trabajen sobre borradores generados previamente por IA, porque consideran que no se produce un efecto contagio”, destaca Muñoz Vico, que recuerda que estos es un acuerdo de mínimos que luego se trasladará a la realidad interna de cada estudio o productora, donde entrarán cuestiones éticas o de privacidad. “Será interesante ver cómo regulan esas políticas las cuestiones de propiedad intelectual”.

Por ahora, lo acordado será vigente hasta mayo de 2026, aunque también se establece que tendrá revisiones semestrales. “Es un experimento de cómo regular estas cuestiones, así que van a probar y revisar regularmente, sobre todo, en materia de IA, porque es algo que cambia tanto que no se puede fijar una regulación para toda la vida”, comenta Adrián Todolí, profesor de Derecho Laboral en la Universidad de Valencia. Más allá de esta cuestión, incide, “la dirección que toma es que siempre haya un humano al mando”.

Los problemas que siguen en el aire

Sin embargo, también hay algunos puntos que quedan en un terreno más difuso. Por ejemplo, se afirma que el sindicato “se reserva el derecho” a prohibir el uso de los guiones escritos por humanos para entrenar una IA, pero aquí el problema es que es algo que excede su control. “En la negociación están productoras, pero no los que crean los modelos de lenguaje. Por mucho que quieran añadirlo, no pueden hacer nada ahí”, incide Todolí.

Es algo que han reconocido en el propio sindicato de guionistas, donde son conscientes de que “este no es el final de la lucha”. “No tenemos ninguna relación contractual con las principales empresas de IA”, han remarcado. Así, cabe recordar que, en la Unión Europea, la directiva sobre derechos de autor en el mercado único digital establece que no hace falta ni remuneración ni consentimiento para que una IA entrene con obras protegidas.

Pedro Fernández, abogado especializado en propiedad intelectual del despacho Sympathy For The Lawyer, considera que es una forma de protegerse de cara al futuro, ya que supone cortar el suministro con el que se nutren los modelos de lenguaje. “La industria audiovisual ha cambiado mucho tras la llegada del streaming. Ahora se hacen más formatos más rápidos, con guiones cortos y otras estructuras, puesto que no necesitan cortes publicitarios. Estos nuevos guiones no van a alimentar a la IA, que estará más sesgada a la era prestreaming“, defiende.