El ya pasado 8 de marzo, Antofagasta fue el escenario de una masiva marcha que conmemoro el Día Internacional de la Mujer. La movilización, convocada por organizaciones feministas, colectivas sociales y agrupaciones de disidencias, reunió a más de 100 personas en el centro de la ciudad, que recorrió las principales calles de la ciudad, comenzó alrededor de las 17:00 hrs en la Plaza Sotomayor y avanzo en dirección a la Plaza Colon.

Mujeres de todas las edades, estudiantes, trabajadoras, migrantes y familias completas participaron con pancartas, pañuelos morados y cánticos que exigían igualdad, justicia y el fin de la violencia de género. “¡Vivas nos queremos!” y “¡No estamos todas, faltan Kathy Yoma!” fueron algunas de las consignas más repetidas.
Durante el recorrido hubo intervenciones artísticas, tambores y performances que visibilizaron problemáticas como el femicidio, la precarización laboral y la desigualdad en el acceso a derechos. Se realizó también un minuto de silencio por las mujeres asesinadas, acompañado por aplausos y lágrimas.
La jornada finalizó con manifiesto en el que se exigió una vida libre de violencia, acceso a la salud y educación con perspectiva de género, igualdad salarial, y diversidad de genero. Todo esto en un contexto donde, según cifras oficiales, los casos de violencia intrafamiliar y femicidio han aumentado en la región.
La movilización se desarrolló de forma pacífica, con resguardo de brigadas feministas que ofrecieron primeros auxilios y apoyo emocional. El 8M en Antofagasta fue más que una marcha: fue un grito colectivo que resonó en el desierto, recordando que la lucha feminista sigue viva y que el norte también marcha por la dignidad y la equidad.
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