En esta crónica, se da a conocer la cronología de uno de los casos de desaparición mas relevantes del año.
Era una tarde del sábado 29 de marzo. La lancha de pescadores “Bruma” zarpó con siete pasajeros a bordo. Todo iba con normalidad, pero ya en la madrugada del 30 de marzo, las condiciones climáticas del lugar convirtieron el mar en un terreno despiadado. Es aquí cuando el patrón de la Bruma envía un mensaje a su padre, “Hace media hora que estamos fondeados, levantamos dos tiras y mañana matamos si Dios quiere”. Este sería el último registro que se tendría de uno de los tripulantes.
La búsqueda comenzó inmediatamente. En la tarde de ese mismo día, se encontró la lancha semi hundida, completamente destrozada y sin rastros de la tripulación.
Las condiciones en que fue hallada la Bruma daban a entender que había sido chocada con gran fuerza, por lo que también inició la búsqueda de quienes podrían haber sido. Al día siguiente, buzos del lugar se dieron cuenta que el barco Cobra de la empresa Blumar mostraba indicios de haber chocado, y que tenía marcas de pintura que coincidían con la Bruma. Esa misma mañana, toda su tripulación fue llamada a testificar.
El 5 de abril, todas las esperanzas de los familiares de encontrar con vida a los tripulantes del Bruma se desvanecieron, al encontrarse la balsa salvavidas sin activar.
Los miembros del Cobra ahora pasaban a calidad de imputados por homicidio. Sin embargo, todo se volvió más difícil cuando el vigía, desapareció en extrañas condiciones. Cinco días después, su cuerpo fue hallado sin vida.
16 días después del accidente, la Armada finalizó oficialmente la búsqueda de los tripulantes del Bruma, dejando a los familiares y a todo un país sin saber qué les sucedió esa noche.
