Lo que inició como una amenaza de tiroteo en los correos de la UCN, reveló la lenta y negligente reacción de las autoridades de la universidad para proteger a sus estudiantes y a docentes.
El día 6 de abril, entre las 19:00 y 20:00 horas, llegó a los correos electrónicos institucionales de la UCN una amenaza de tiroteo. En el mensaje, la persona manifestaba estar cansada del trato recibido debido a su condición de espectro autista y adjuntaba una fotografía de un supuesto arma.
Al día siguiente, el rumor sobre la amenaza comenzó a circular de boca en boca entre los estudiantes de los bloques de la mañana, generando preocupación e incluso pánico en algunos. No fue sino hasta las 14:45 del 7 de abril cuando la Vicerrectora de la universidad confirmó la suspensión de clases hasta el día siguiente. Asimismo, se difundió un comunicado oficial de la UCN informando que el caso había sido puesto en manos de Carabineros y que los protocolos correspondientes se activaron el mismo domingo.
La FEUCN, a través de su cuenta de Instagram, expresó su malestar frente al actuar de la universidad ante situaciones de riesgo, tanto para los estudiantes como para una docente en particular, cuyo nombre fue mencionado en el correo. Debido al inminente peligro, dicha profesora canceló su clase con anticipación, incluso antes del comunicado oficial, acción que fue replicada por varios docentes de distintas facultades.
“Condenamos enérgicamente esta negligente decisión por parte de nuestra casa de estudios, que antepone la continuidad académica por sobre la seguridad y el bienestar de su misma comunidad”, manifestó la Federación de Estudiantes UCN.
En el mismo comunicado se anunció la decisión de iniciar un paro como forma de protesta por el paupérrimo actuar de la universidad. Aunque tanto medios oficiales como la propia institución consideran que no debería continuar la paralización, dado que el presunto autor de la amenaza ya fue formalizado, la comunidad estudiantil de la UCN ha dejado claro que esta manifestación no responde únicamente a la amenaza, sino al hecho de que la institución minimizó la situación de forma negligente, poniendo en riesgo la vida de muchas personas si el tiroteo se hubiese concretado el día lunes.
